En su libro "Elogio de la educación lenta" Domènech reflexiona sobre nuestro modo de vida actual hiper-acelerado ("el tiempo es oro":
- Horarios laborales.
- Negocios rápidos.
- Comida rápida.
- Predominio de la cantidad sobre la calidad.
- Desplazamientos y transportes a gran velocidad.
- Consumismo.
- Tecnología, medios audiovisuales y de comunicación inmediatos.
- Incluso el ocio está marcado por un horario programado.
Esta aceleración por tanto, no supone una mejora en nuestra calidad de vida, al contrario de lo que cabe esperar hacer las cosas más deprisa y antes no nos reporta beneficio: no ha supuesto tener más tiempo para el ocio, ni para la familia, ni para la educación, no ha disminuido el tiempo de trabajo...
Su conclusión fundamental es que "para invertir tiempo para la vida hay que desacelerarla".
Joan Domènech cita a Pierre Sansot (2000) cuando reivindica la recuperación de conceptos como escuchar, aburrirse, soñar, esperar, hacer el vago (vagabundear), reflexionar...que si algo tienen en común es la lentitud, el pararse y el sentirse a uno mismo; y nos recuerda que, según Pascal, la infelicidad del mundo se debe a la incapacidad de estar sentado en una habitación sin hacer nada.
Movimiento slow en la educación
Siguiendo los estudios de grandes autores como Honoré, Hargreaves, Bauman, Stephen Bertman, HIrsh-Passek i Golinkoff, etc., podemos concluir que la idea de que hay que inculcar cuantos más aprendizajes mejor y cuanto antes es desafortunada.
Golinkoff (2005) dice:
"Esta obsesión con estimular el potencial cerebral infantil es perjudicial porque amenaza con erosionar ciertos aspectos de la infancia cruciales para el desarrollo social, emocional y cognitivo".
imagen extraída de https://www.ecointeligencia.com/2013/03/movimiento-slow/ |
- Romper el horario ideado en áreas o asignaturas.
- Hacer horarios con franjas más largas de una hora (flexibilidad).
- Reducir las horas de áreas instrumentales (lenguajes y matemáticas) y aumentar las horas de conocimiento del medio social, natural y artístico.
- Que formen parte del horario actividades como jugar, observar (arte, naturaleza, etc.), escuchar (música) y leer sin tener que hacer ninguna actividad específica.
- Relajarse y hacer actividades con el cuerpo a lo largo del día, no solamente en la hora de educación física.
- Comenzar y terminar las clases con al menos 10 minutos en los que hablar y hacer actividades libres.
- Que haya dos maestros por aula haciendo apoyos, observaciones, etc.
- Crear espacios desestructurados (no organizados) para que los alumnos aprendan de manera libre.
- Añadir espacios en la escuela para descansar, relajarse, estar tranquilo, leer, escuchar música, conversar...tanto para alumnos como para profesores.
- Servir de ejemplo, pues es la mejor manera de educar a los hijos.
- Adoptar ejemplos de actividades a realizar con los niños de 0-3 años en los espacios familiares (este papel de orientación familiar lo pueden dar las escuelas infantiles).
- Respetar el ritmo de crecimiento motriz de los niños en los primeros meses de vida. No forzar los movimientos y dejar un contexto en el que puedan moverse con libertad.
- Limitar los juegos que los niños tienen en casa. Escoger la simplicidad y no buscar sistemáticamente el aprovechamiento didáctico.
- En las primeras edades eliminar la pretensión de acelerar conocimientos que ya trabajarán en el ámbito escolar.
- Explicar cuentos, historias, compartir música, hacer pequeños encargos que supongan algún tipo de aprendizaje...
- No hacer excesivas actividades extraescolares ni excesivos deberes.
- Trabajar la responsabilidad de los niños en las tareas domésticas cotidianas.
- Programar espacios de tiempo para los hijos libres de obligaciones.
- Crear espacios durante la semana para la conversación, estar juntos, hacer actividades compartidas con la pareja...
- Hacer una comida al día juntos sin televisión ni radio (esto personalmente lo extiendo añadiendo: sin tablets, ordenadores, móviles ni cualquier tipo de pantalla). Y Joan Domènech completa aportando que los padres deben mantener un ritmo de vida que no esté condicionado por el consumo ni la tecnología (una vez más somos ejemplos para los niños).
- Recuperar la comida lenta: hacerla en un entorno familiar, comprar en mercados, cocinar productos frescos, hacer comidas tradicionales...
- Y tener una actitud comprometida con el medio ambiente, entre muchos otros ejemplos.
Cerraré este post con la cita que utiliza Domènech para empezar su libro y que me parece brillante:
"Las escuelas lentas propician el descubrimiento del gusto por el saber, mientras que las rápidas dan siempre las mismas hamburguesas"
(Maurice Holt, 1992)
Otras referencias a este autor en:
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