Educar para la salud en la escuela

La EpS (Educación para la Salud), empieza a aparecer en el siglo XIX al comprender que las causas de la enfermedad estaban muy relacionadas con la situación económica y social de cada lugar. Ya en 1945 Henry Ernest Sigerist (historiador médico) afirmaba que “se promueve la salud cuando se facilita un nivel de vida decente". Poco después, la Organización Mundial de la Salud (OMS) definía la salud como un "estado de bienestar físico, psíquico y social".
Así pues, los objetivos que pretende alcanzar la EpS son:

- prevenir la enfermedad: dando información sobre los condicionantes que influyen en la salud.
- promover la salud: fomentando acciones que mantengan y mejoren nuestra salud (actividad, alimentación, descanso adecuados, etc.).
- y el uso adecuado de los recursos sanitarios de los que disponemos.

Teniendo esto en cuenta ¿por qué se ha considerado importante incorporar la promoción de la salud en la educación infantil?

El motivo fundamental de trabajar la EpS en la etapa de Educación Infantil es que la infancia es una época fundamental del desarrollo en la que se adquieren los principales hábitos de vida, los cuales, se consolidarán con los años. Además, la escuela como institución socializadora, proporciona un marco de prevención e intervención ante posibles situaciones de riesgo.

De esta manera, durante la primera infancia, se pueden desarrollar hábitos de vida saludables en cuanto al descanso, a la higiene, la alimentación y la actividad infantil (hablamos de hábitos, cuando el individuo ya tiende a repetir un acto regularmente, y éstos, se empiezan a asentar sólidamente a partir de los 2 años de edad). Por ello, el currículo se ve impregnado de metodologías que incorporan la respuesta a las necesidades biológicas de los niños como son la necesidad de actividad, de movimiento y de descanso, combinando los tiempos de actividad o de mayor concentración con otros momentos de descanso, relajación o juego libre, de manera que los niños puedan vivir conforme a sus ritmos.
También podemos hacer hincapié en los hábitos de higiene y de autonomía personal, que fomentan en los niños el desarrollo de las capacidades que les permiten mantener la salud y una imagen positiva de sí mismos. Cobra mucha importancia en estas edades aprender a sonarse la nariz, limpiarse después de ir al baño y lavarse las manos tras ello, para lo que ser progresivamente más autónomo será fundamental.


Dentro de la Educación para la Salud mencionaremos también los hábitos alimentarios saludables que se han ido introduciendo en la escuela a través de la información sobre la necesidad de tener una dieta equilibrada, la planificación de los expertos de los menús de los comedores escolares y el desarrollo de diferentes planes para la prevención de trastornos alimenticios y la educación de hábitos sanos  con desayunos saludables que promueven la ingesta de frutas.

Dentro también de la EpS, podemos hablar de la prevención de accidentes y la prevención de enfermedades.

La educación en la prevención de accidentes la llevamos a cabo a través de temas transversales como son la educación vial, los primeros auxilios, la información sobre las señales que indican peligro, la enseñanza del uso de diferentes herramientas y las precauciones a seguir, etc.

La prevención de enfermedades infantiles desde la escuela, exige informar a las familias de los diferentes recursos sanitarios de nuestra comunidad para prevenir cada enfermedad, o tratarlas si fuese necesario. Así pues son frecuentes las charlas informativas de especialistas en medicina sobre alimentación, enfermedades infecciosas, pediculosis (piojos), higiene buco-dental, etc.

Por último, no debemos olvidar, que, tal y como dice la OMS, la salud también abarca el bienestar psicológico, para lo que también hay que atender a la salud emocional. La educación emocional ha cobrado voz en los últimos tiempos, y, por fin, se le está dando el peso necesario en la sociedad actual. Fomentar el respeto por los demás, la mediación, el diálogo, la resolución de conflictos...no olvidar el desarrollo de la autoestima, la capacidad de aceptación de la frustración o de las propias limitaciones, es hoy, un aspecto fundamental a desarrollar en nuestros alumnos y alumnas.

Tengamos en cuenta todos estos aspectos, que para nuestros niños son esenciales para crecer felices y desarrollarse adecuadamente. Aspectos que a veces quedan en la sombra, relegados por el énfasis por que aprendan lecto-escritura o matemáticas.

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