Como con los niños normoyentes, los adultos conversamos con ellos desde que nacen, lo cual les tranquiliza emocionalmente, y va introduciendo la idea de turnarse, mirarse y copiarse el uno al otro; es decir, va introduciendo el concepto de la comunicación por turnos, la conversación.
Por tanto, podemos decir que el lenguaje real se aprende hablando, y para ello debemos conversar con nuestros niños y niñas:
- Se conecta con la otra persona.
- Nos turnamos para aportar algo a la conversación.
- Al final, hemos aprendido algo, sea sobre sentimientos o sobre hechos.
- usar las expresiones faciales y gestos para acompañar el mensaje.
- animarle a prestar atención a las voces y a los sonidos.
- aprovechar los hábitos diarios, pues son una buena manera de usar las mismas palabras en el mismo contexto una y otra vez.
- usar un lenguaje unido al ámbito familiar.
- sonreir cuando el niño te está mirando.
- usar una voz melodiosa.
- imitar los sonidos que hace el niño.
- hablar sobre lo que está haciendo o mirando el niño.
- no hablar como si fueramos un telegrama.
- responder ante cualquier intento de comunicación que haga el niño.
- Acomodar el entorno: reducir sonido ambiente, apagando la televisión, la música etc. para ayudar al niño a escuchar y reducir distracciones.
- Facilitar el contacto visual (ponerse a la misma altura que el niño).
- Seguir la mirada del niño; respetar su interés. Los niños se comunican mejor si están haciendo algo que ellos mismos han elegido. Probablemente si interrumpimos su actividad, cambie su humor o concentración, y tengamos menos éxito en la comunicación, por muy atractiva que creamos que es nuestra oferta.
- Empezar a hacer lo mismo que el niño. Ahora, somos iguales y demostramos que estamos preparados para jugar.
- Turnarse para jugar; hay que esperar y darle tiempo para que "diga" algo: primero podemos lanzar un mensaje claro, como una sonrisa, cara de interés, o una mirada atenta, para que el niño sepa que es su turno. Acto seguido, ante cualquier intento de comunicarse del niño, debemos responder, por mínimo que sea ese intento.
- Acompañar las actividades del niño con nuestro propio lenguaje (¡oh, se ha caído la torre!)
Los juegos más apropiados son todos aquellos que animan al niño a comunicarse con los demás (hay que tener cuidado con aquellos juguetes que les absorben durante horas sin que necesiten ni siquiera la compañía de nadie más):
- en casa puede ayudar a los papás a hacer pequeñas tareas: ayudar a cocinar, dar pinzas de la ropa, que ayude a lavar o limpiar con un trapito...
- los libros: son otro buen material para que el niño pueda escuchar nuestra voz y mirar los dibujos con nosotros. Su estructura sencilla, ordenada y con repeticiones lo convierten en un material muy importante. Poco a poco, según el niño va conociendo el libro, será capaz de empezar a recordar qué va a pasar después, por lo que podrá anticiparse e intentar comunicarlo. Podemos usar cuentos con partes táctiles para tocar, desplegables, de materiales duraderos (plástico, cartón...), libros caseros con imágenes o fotografías de las principales personas/animales/juguetes de la vida del niño y sus pertenencias, o con pictogramas con las principales rutinas del niño, palabras sociales (hola, adiós), entre otros.
CUADERNO CASERO DE LENGUAJE ORAL: imagen obtenida de http://recursosdeaudicionylenguaje.blogspot.com.es/ |
- las canciones: cantando se anima al niño a usar su voz, y a repetir algo una y otra vez, además de poder acompañar las canciones con gestos que apoyan las palabras más importantes.
- el espejo: podemos hacer muecas y gestos delante de un espejo o imitando emociones y personajes puede ser una actividad muy divertida y adecuada para trabajar la musculatura que interviene en el habla (praxias bucofacilaes como sacar la lengua, apretar los labios, reserguir con la lengua los dientes, etc.).
- juegos de tradición oral: canciones de manos, balanceos, cosquillas...Estos juegos suelen ir acompañados de una cancioncilla o estribillo donde su estructura y repetición nos van a venir bien para establecer turnos con el niño, un ejercicio excelente para el entrenamiento del ritmo de la conversación.
- Acompañar de ruidos simbólicos a ciertos objetos o acciones: pues son previos a las palabras y le permiten al niño practicar muchos sonidos (Brrrrm brrrmm-coche-, chuuu chuuu-tren-, Mmmmmmm-comida rica-, etc.).
- la televisión, el ordenador y la tablet: los estímulos de estos medios de comunicación son muy rápidos, y durante las primeras etapas del niño, éste necesita que alguien esté a su lado para que pueda transformar las imágenes en palabras partiendo del nivel de comprensión que tenga cada niño. Por eso es fundamental, que siempre que el niño use estos medios TIC (Tecnologías de la Información y Comunicación) haya alguien al lado del niño comentando lo que está pasando y compartiendo con él la experiencia.
- Ofrecer juguetes que potencian la vocalización: teléfonos, micrófonos, grabadoras...
Referencias bibliógraficas utilizadas para este post:
- Implantes cocleares en los primeros años de vida: los primeros pasos.The Ear Foundation. Clínica Universitaria. Universidad de Navarra.
- Implantes cocleares para niños pequeños sordos: las primeras palabras. The Ear Foundation. Clínica Universitaria. Universidad de Navarra.
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